Sé que esta frase a simple vista puede parecer contradictoria y confusa, pero en medio de la circunstancia tan difícil que inesperadamente estamos enfrentando en todo el mundo, la cual nos ha obligado a permanecer en casa, resulta pertinente. Y es que, aunque el “quédate en casa”, se ha hecho viral, para algunos a estas alturas ya representa un reto demasiado difícil de sobrellevar…
Es irónico como el permanecer en casa tan cerca de nuestra familia, es precisamente lo que nos ha llevado a darnos cuenta de cuán lejos estamos realmente de ella. Sin duda alguna, entre otras cosas importantes, éste, está siendo un tiempo de autodescubrimiento personal, pero también de sorpresivos, inesperados y muy importantes descubrimientos en cuanto a nuestras relaciones “más cercanas”. Éste es el momento justo en donde muchos se están dando cuenta que las personas con las que viven son unos extraños, personas que quién sabe cómo y cuándo cambiaron tanto, al punto de quedar irreconocibles. Y no es que el cambio en sí sea malo, lo malo es cuando éste es consecuencia de cuando inadvertidamente y a lo largo del tiempo hemos gestado un divorcio emocional con aquellos a quienes se supone más amamos. Al parecer, muchos recién están chocando con ésta realidad, descubriendo que en el mismo seno de su hogar hace mucho que el calor fue sustituido por el frío y el amor salió por la puerta dando paso a la distancia, la indiferencia, el resentimiento, y muchos otros sentimientos dolorosos y no tan positivos…
Como consejeros hay una frase que solemos decir a los matrimonios con los que trabajamos “una buena relación no simplemente ocurre, se construye”. Lo cual nos deja el mensaje implícito que necesitamos esforzarnos para trabajar en ella intencionalmente, dedicándole tiempo de calidad, creando oportunidades de convivencia e invirtiendo en el banco emocional del otro. Lo cual debe aplicarse en toda relación importante, y para lograrlo, cada uno de nosotros debe propiciar momentos individuales de dialogo en donde obsequiemos toda nuestra atención, sin distracciones, ni interrupciones, y donde nos dediquemos principalmente a escuchar de forma activa, interesándonos genuinamente por los sentimientos y pensamientos de los demás y validándolos.
Meditando en todo esto, NO hay excusa, ahora tiempo es lo que nos sobra, y tenemos que aprovecharlo para fortalecernos, para ser mejores personalmente y constructores de la familia que hemos soñado… Es tiempo de autoevaluarnos, reivindicarnos, sanar heridas, acortar distancia y unir corazones, de juntos encender la llama para que nueva o finalmente tengamos calor en el hogar.
Un dato interesante es que en China, la palabra crisis significa tanto peligro o dificultad como oportunidad. Así que queremos invitarte a que este tiempo de crisis también sea la oportunidad para hacer cambios positivos, como restaurar, nutrir y fortalecer al máximo tus relaciones más importantes… Y hablando de relaciones importantes, por favor toma en cuenta que no es posible tener buenas relaciones interpersonales con quienes nos rodean si la relación más importante de nuestra vida “nuestra relación con Dios” es fría, distante o inexistente. Por favor, no te conformes con una relación de larga distancia con Dios ni con tus seres queridos. Cultiva tus relaciones y empieza por la más importante con Aquel que inventó la familia…
Si deseas obtener más de este tema o necesitas ayuda de consejería puedes escribirnos y con gusto conversaremos contigo. Contáctanos a info@abrazandovidas.com o mediante cualquiera de nuestras redes sociales.
0 comentarios